VATICANO,
En el tradicional mensaje navideño dirigido a los Cardenales y Superiores de la Curia Romana, el Papa Francisco advirtió ante las intrigas que se forman en los organismos eclesiásticos y ante los traidores que se dejan corromper por la ambición.
El Santo Padre, que dirigió un extenso discurso a los miembros de la Curia este jueves 21 de diciembre en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, habló de la comunión de la Iglesia alrededor del Pontífice, porque "la comunión con Pedro refuerza y da nuevo vigor a la comunión entre todos los miembros" de la Iglesia.
Afirmó que la comunión alrededor del Papa "es muy importante si se quiere superar la desequilibrada y degenerada lógica de las intrigas o de los pequeños grupos que en realidad representan, a pesar de sus justificaciones y buenas intenciones, un cáncer que lleva a la autorreferencialidad, que se infiltra también en los organismos eclesiásticos en cuanto tales y, en particular, en las personas que trabajan en ellos".
"Cuando esto sucede –continuó–, entonces se pierde la alegría del Evangelio, la alegría de comunicar a Cristo y de estar en comunión con él; se pierde la generosidad de nuestra consagración".
Francisco también advirtió contra otro peligro que se cierne sobre la curia, que es "el de los traidores de la confianza o los que se aprovechan de la maternidad de la Iglesia".
Es decir, "de las personas que han sido seleccionadas con cuidado para dar mayor vigor al cuerpo y a la reforma, pero, al no comprender la importancia de sus responsabilidades, se dejan corromper por la ambición o la vanagloria, y cuando son delicadamente apartadas se auto-declaran equivocadamente mártires del sistema, del 'Papa desinformado', de la 'vieja guardia'…, en vez de entonar el 'mea culpa'".