DENVER,
Anthony Cipolle "vivía como una estrella de rock" y despilfarraba todo su dinero hasta que las constantes e insistentes oraciones de su madre lograron que volviera a la fe católica y se ordenara sacerdote.
El P. Cipolle tiene 52 años. En entrevista con el periódico PressHerald contó la historia de su vocación, que llegó a su culmen el día de su ordenación el pasado 18 de noviembre en la Catedral de la Inmaculada Concepción en Portland, estado de Oregon, Estados Unidos.
En diálogo con el medio estadounidense, Cipolle narró que creció en el estado de Massachusetts y que, cuando era niño, su padre solía leerles a sus hermanos y a él historias de la Biblia antes de dormir. "Recuerdo que él me enseñó a rezar el Padrenuestro, 'la oración del Señor'", dijo.
Su madre, Louise, solía llevarlo a Misa casi todos los días, pero eventualmente él se alejó de la fe. Decidió abandonar la escuela secundaria para trabajar y su novia quedó embarazada. Se casaron por la ley civil y, tras el nacimiento de su hijo Mark, se mudaron a Chicago.
Allí Anthony fundó un negocio de gasfitería que tuvo mucho éxito. Sin embargo, su matrimonio fracasó y se divorció. Después vendió su empresa y vivió de sus rentas por tres años "como una estrella de rock. Despilfarré todo el dinero"
Mientras llevaba un estilo de vida libertino, su madre rezaba y ofrecía la Misa diaria para que su hijo cambiara.