VATICANO,
En una audiencia a los miembros de la Comisión Mixta para el diálogo teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Asiria de Oriente, el Papa Francisco expresó su deseo de continuar por el camino de la unidad y recordó a los cristianos perseguidos, pero también denunció la violencia de los extremistas.
"Podemos mirar con confianza al mañana y pedir al Señor que vuestros trabajos contribuyan a acercar ese día bendito y tan esperado en el que tendremos la alegría de celebrar en el mismo altar la plena comunión de la Iglesia de Cristo".
El Papa subrayó el valor de la Cruz y afirmó que el Crucificado resucitado "es nuestra salvación y nuestra misma vida: de su cruz gloriosa vienen la esperanza y la paz, de allí surge la unidad entre los sagrados misterios que celebramos, pero también entre nosotros, que hemos sido bautizados en la misma muerte y resurrección del Señor".
También hizo a referencia a las persecuciones que sufren en la actualidad y las violencias "perpetradas en nombre de extremistas fundamentalistas".
"Situaciones con este trágico sufrimiento se radican más fácilmente en contextos de grande pobreza, injusticia y exclusión social, en gran parte por la inestabilidad, fomentada por los intereses externos, los conflictos, que recientemente han provocado situaciones de grave necesidad, originando verdaderos y propios desiertos culturales y espirituales en los que es más fácil manipular e incitar al odio".
Al hablar de los inmigrantes, recordó que muchos encuentran dificultades para integrarse después en la sociedad y pidió que los cristianos les presten atención.