Los Obispos de Estados Unidos calificaron de "profundamente preocupante" que el gobierno del país haya cancelado el Estatus de Protección Temporal (TPS) para Haití.
El 20 de noviembre, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunció la cancelación del TPS para Haití, y dio un plazo de alrededor de 18 meses para que los beneficiarios –alrededor de 50 mil haitianos– regresen a su país o encuentren una solución a su situación migratoria.
Haití es considerado el país más pobre de América y uno de los más pobres del mundo. Un terremoto de 7 grados en 2010 agravó aún más su situación.
El TPS, explicó la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) en un comunicado, es "un programa de migración humanitaria temporal, renovable y legalmente autorizado que permite que individuos permanezcan y trabajen legalmente en Estados Unidos durante un periodo en el que se considera inseguro para los ciudadanos de ese país regresen a su hogar".
Mons. Joe Vásquez, Obispo de Austin, Texas, y Presidente del Comité de Migración de la USCCB, señaló que la decisión de cancelar el TPS para Haití es "profundamente preocupante", pues "Haití no está aún en una posición en la que pueda aceptar seguramente el retorno de los aproximadamente 50 mil haitianos que han recibido el TPS".
"Esta decisión devastará muchas familias con miembros (beneficiarios del) TPS, incluyendo a aquellas con niños ciudadanos de Estados Unidos", dijo.