REDACCION CENTRAL,
Casi dos meses después de que el huracán María dañara gran parte de la isla de Puerto Rico, la Iglesia Católica ha desarrollado varias iniciativas para seguir aliviando el sufrimiento y las carencias materiales de la población gravemente afectada por el desastre natural.
Mons. Willie Peña, párroco de la Iglesia Santa Bernardita en la ciudad de San Juan, dijo a ACI Prensa que en la labor humanitaria ha surgido "una dinámica ecuménica muy bonita, especialmente con los grupos de hermanos cristianos no católicos, que no existía. Y sin embargo, nos hemos dado a la tarea y yo creo hoy estamos más unidos que nunca y esto para mí ha sido la paz en medio de la tormenta".
"Ahora viene el momento más difícil, después del mes y medio, porque ahora viene la depresión. Todavía hay un 40% de la isla sin electricidad. Entonces hay un desasosiego y nuestras parroquias, por lo menos la mía y creo que todas las demás, comenzamos a hacer lugar de vida, comunidad de vida", manifestó el también conductor del programa "Mientras el Mundo Gira", que se transmite por EWTN.
Mons. Peña precisó que como parte de la ayuda para los damnificados, su parroquia ha instalado "un comedor de almuerzo caliente para 268 personas de lunes a viernes. También se les lleva comida a los ancianos que están en cama".
El templo también ha convertido la Casa Raquel, su centro de consejería para embarazadas, en un centro de acopio de productos para bebés y niños pequeños, como pañales, fórmulas de leche y medicinas.
El presbítero comentó que por el desastre tuvo que cerrar la capilla de adoración perpetua de la iglesia, pero la reabrió el 1 de noviembre porque "yo veía que la gente en la noche a cualquier hora quería entrar" y "eso alivia mucho el corazón despedazado de muchas personas".