VATICANO,
Las autoridades locales de la región de Yuang, en la provincia china de Jiangxi, están presionando a cristianos chinos para que retiren del interior de sus casas la cruz y el cuadro de Jesús y que los sustituyan por la imagen del Presidente de la República Popular China, Xi Jinping.
Según informa el periódico South China Morning Post el objetivo de estas presiones es "convertir a los creyentes de la religión, en creyentes del Partido Comunista". Para lograrlo, amenazan con retirar las ayudas económicas a las familias que no obedezcan.
Este chantaje está teniendo un impacto fuerte entre la población cristiana de la zona, un 10%, ya que se trata de una región rural en la que la población vive en situación de pobreza: el 11% de su millón de habitantes vive bajo el umbral de pobreza.
Esta medida coincide con la nueva etapa inaugurada en China desde que Xi Jinping accedió a la Secretaría General del Partido Comunista Chino, en noviembre de 2012, y, un año después, a la Presidencia de la República Popular China.
La concentración de poder en manos de Xi Jinping se ratificó y amplió tras el congreso general del Partido Comunista celebrado el pasado mes de octubre.
Durante esa sesión, el mismo Presidente anunció el nacimiento de una "nueva era" para China en la que el "gigante asiático" debería aspirar a convertirse en la principal potencia política, económica y militar del mundo.