VATICANO,
Durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, el Papa Francisco advirtió contra el escándalo que causa heridas en el pueblo de Dios muy difíciles de curar, y que pueden matar la esperanza.
Por eso, pidió a los cristianos que sean coherentes, porque con su incoherencia pueden causar grave escándalo. "Cuántos cristianos, con su ejemplo, alejan a la gente, con su incoherencia, con su propia incoherencia. La incoherencia de los cristianos es una de las armas más efectivas que tiene el diablo para debilitar al pueblo de Dios y para alejar al pueblo de Dios del Señor. Decir una cosa y hacer otra".
"Esa incoherencia produce escándalo –continuó el Santo Padre–. Por lo tanto, debemos preguntarnos: ¿cómo es mi coherencia de vida? ¿Soy coherente con el Evangelio? ¿Soy coherente con el Señor?".
Como ejemplo de incoherencia, habló de los empresarios cristianos que no pagan el sueldo justo o que se sirven de la gente para enriquecerse, o también el escándalo de los pastores de la Iglesia que no cuidan al rebaño y permiten que se alejen.
Francisco explicó que "es inevitable que se produzcan escándalos, pero, como señala Jesús en el Evangelio, ¡ay de aquel por el que se produzcan! Hay que estar atentos a no escandalizar. El escándalo es dañino porque causa una herida, hiere la vulnerabilidad del pueblo de Dios y hiere la debilidad del pueblo de Dios. Muchas veces estas heridas se llevan para toda la vida. Y no sólo causa heridas, el escándalo también es capaz de matar: mata esperanzas, mata ilusiones, mata familias y mata muchos corazones".
También recordó que "Jesús nos dice que no se puede servir a dos señores, a Dios y al dinero, y cuando el pastor está apegado al dinero, escandaliza. La gente se escandaliza: el pastor apegado al dinero. El pastor que trata de crecer, cuya vanidad le hace irse arriba en vez de ser humilde y tierno, porque la ternura y la humildad favorecen la cercanía al pueblo. O el pastor que se siente señor y que da órdenes a todos, orgulloso, en vez de ser un pastor servidor del pueblo de Dios. Todo pastor debe preguntarse: ¿cómo es mi relación con el dinero?".