Los obispos de Estados Unidos agradecieron al Departamento de Seguridad Nacional por extender seis meses más el Estatus de Protección Temporal a los inmigrantes ilegales hondureños, mientras se analiza la condición actual del país centroamericano antes de tomar una decisión final.
El 6 de noviembre el Departamento de Seguridad Nacional indicó que necesita más tiempo para evaluar las condiciones actuales de Honduras antes de tomar una decisión final sobre el Estatus de Protección Temporal (TPS); un programa migratorio creado en 1990 que evita la deportación y concede permisos de trabajo a los nacionales de países afectados por guerras o desastres naturales.
En el caso de Honduras y Nicaragua, el TPS fue otorgado para atender a sus nacionales que no podían regresar debido a la devastación causada por el huracán Mitch en 1998, que dejó miles de muertos y desaparecidos. También han sido beneficiados con este programa los inmigrantes de El Salvador y Haití.
En octubre, el gobierno dijo que el 10 de noviembre anunciaría su decisión sobre el TPS para los inmigrantes ilegales de Nicaragua y Honduras, cuyo permiso para permanecer en Estados Unidos expira el 5 de enero de 2018. Sin embargo, con esta extensión, el TPS para los hondureños tendrá vigencia hasta el 5 de julio del mismo año.
En una nota difundida este miércoles 8, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), recordó que el TPS "permite a las personas permanecer y trabajar legalmente en los Estados Unidos durante un período en el que se considera inseguro para los nacionales de ese país regresar a sus hogares".
"Se estima que hay 57,000 hondureños en los Estados Unidos con TPS", indicó.