MADRID,
Miguel Aguado es uno de los 60 mártires que será beatificado el próximo sábado 11 de noviembre en Madrid (España), y una de sus hijas, que quedó huérfana con 4 años, declaró que todas las noches rezó "por su padre, para que estuviera en el Cielo y por el alma del asesino para que Dios le convirtiera".
El delito de Miguel Aguado fue ser católico y seglar congregante de la Medalla Milagrosa, es decir, perteneciente a la congregación vicenciana.
Según se precisa en la biografía de este mártir y que se recoge en el semanario Alfa y Omega, Miguel iba a Misa a diario, muy temprano, a la basílica de la Milagrosa, situada en el centro de Madrid, hasta que la cerraron en julio de 1936.
Ir a Misa diaria llamaba la atención de los vecinos y hacía que tanto Miguel como su esposa, María, fueran conocidos en su edificio como "fervientes católicos".
Sin embargo, en octubre de 1936 los vecinos del edificio denunciaron a Miguel y a María a los milicianos. Miguel fue arrestado y llevado a la cárcel.
Según se precisa, "la esposa era muy valiente y soportando las mayores humillaciones y groserías, acudía a la cárcel con sus cuatro hijos".