VATICANO,
En el Ángelus del domingo, el Papa Francisco explicó que los cristianos están llamados a hacerse servidores y por tanto tienen que huir del honor y de los primeros puestos, así como rechazar la tentación de la apariencia.
Así, el Evangelio del día está ambientado ·en los últimos días de la vida de Jesús en Jerusalén; días cargados de expectativas y tensiones", dijo el Papa. "Por un lado, Jesús dirige severas críticas a los escribas y los fariseos, y por el otro, realiza importantes entregas a los cristianos de todos los tiempos, por lo tanto también a nosotros".
Francisco denunció que "un defecto frecuente en quienes tienen una autoridad, es exigir de los demás cosas, inclusive justas, pero que ellos no practican en primera persona".
"Esta actitud es un mal ejercicio de la autoridad, que en cambio debería tomar su principal fuerza precisamente del buen ejemplo".
"La autoridad nace del buen ejemplo –continuó– para ayudar a otros a practicar lo que es justo y debido, sosteniéndolos en las pruebas que se encuentran en el camino del bien. La autoridad es una ayuda, pero si se ejerce mal, se vuelve opresiva, no permite que la gente crezca y crea un clima de desconfianza y hostilidad.
El Pontífice advirtió también contra la "actitud de vivir sólo de la apariencia" y recordó que los cristianos no buscan el honor, sino la humildad.