VATICANO,
El Papa Francisco asegura que un buen pastor es aquél que está junto al herido, al necesitado, como lo estuvo Jesús, y no como hacían los fariseos que solo pensaban en ellos mismos.
En la homilía que pronunció a primera hora de la mañana en la capilla de la residencia Santa Marta, comentó el Evangelio del día en el que Jesús cura a una mujer que no conseguía mantenerse derecha. "Era una enfermedad de la columna que la tenía así desde hacía años", explicó el Papa.
"Un buen pastor siempre es cercano", todo lo contrario que los fariseos, a quienes "quizás les importaba ellos mismos: cuándo terminaba el servicio religioso, ir a ver cuánto dinero se había obtenido de las ofrendas".
"Por eso Jesús siempre estaba allí con la gente descartada por ese grupito clerical: allí estaban los pobres, los enfermos, los pecadores, los leprosos, pero estaban todos allí, porque Jesús tenía esta capacidad de conmoverse ante la enfermedad, era un buen pastor".
"Un buen pastor se acerca y tiene la capacidad de conmoverse. Y yo diría que la tercera característica de un buen pastor es no avergonzarse de la carne; tocar la carne herida, como ha hecho Jesús con esta mujer: 'tocar las manos', tocó a leprosos, tocó a los pecadores".
Además, un buen pastor no dice: "Sí, está bien, sí, sí, estoy contigo en el Espíritu", porque esto es ser distante. "Lo que ha hecho Dios Padre, acercarse, por compasión, por misericordia, en la carne de su Hijo".