NORCIA,
Ante la fachada de la Basílica de San Benito de Norcia, gravemente afectada por los terremotos registrados en esta localidad italiana el 24, 26 y 30 de octubre de 2016, el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Pietro Parolin, celebró una Misa con motivo del primer aniversario de aquel acontecimiento.
En su homilía, el Cardenal se refirió a la contraposición de la "belleza de la creación y de la laboriosidad del hombre la moldea" con la capacidad destructiva de la misma naturaleza.
"El terremoto manifiesta esa fuerza que nos recuerda que también se puede hacer mucho para paliar los efectos de esa capacidad destructiva. Nuestra existencia permanece sujeta a la inmensidad de las fuerzas cósmicas", recordó.
Esas fuerzas "nos recuerdan, sobre todo, que la creación, espléndida y digna de nuestra admiración, nos remite al Creador, y cada ser humano está en sus manos, dirigido por Él hacia un destino definitivo de salvación, de paz y de felicidad, donde no habrá terremotos ni angustias del alma, y donde todos alcanzaremos nuestras metas".
Al mismo tiempo, la belleza de la creación, "con su suceder armonioso de valles, ríos, lagos y montañas, y de la capacidad del hombre para construir sabiamente pueblos y ciudades, permanece insertada en el gran misterio del Universo, donde se deben confrontar las fuerzas de la naturaleza".
Esas fuerzas de la naturaleza "se presentan como una oportunidad y una riqueza que debe gestionarse con sabiduría y que con frecuencia se expresan en fuerzas destructivas que no podemos prevenir con precisión ni controlar por completo".