Una religiosa en Estados Unidos explicó por qué el disfraz de monja sexy es ofensivo para los católicos.
Gilmary Kay, de las Religious Sisters of Mercy (Hermanas Religiosas de la Misericordia), explicó que este tipo de cosas “reflejan una brusquedad de la cultura. No sorprende que existan, pero es alarmante que haya tal ofensa a la bondad y a lo sagrado”.
En declaraciones a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– la religiosa dijo que el disfraz de monja sexy “no solo denigra a cada mujer que es una religiosa, sino finalmente a Dios”.
“No digo con eso que toda hermana es buena, sino que lo que representan es Bueno. Las personas consagradas se han entregado todas a Dios. Consagrado quiere decir puesto aparte para un propósito santo. Como cultura, debemos honrar las cosas que nos recuerdan la bondad de los altos ideales, incluso si no eres católico”, explicó.
Entonces, continuó, “no respetar a una religiosa de esta forma es una burla no solo a la Iglesia sino al final de cuentas a Dios”.
La triste ironía, continuó la hermana Gilmary, es que Halloween es la Víspera de Todos los Santos, y debería ser un momento para “recordarlos a los santos –muchos de los cuales fueron monjas y hermanos religiosos– como ejemplos y modelos a seguir”.