VATICANO,
Un domingo más, el Papa Francisco se asomó a la ventana del Palacio Apostólico para rezar el Ángelus junto a miles de fieles en la Plaza de San Pedro, a los que invitó a vivir cada día reconociendo a Dios como Señor de cada uno y a mirar el futuro con esperanza.
"El creyente mira la realidad futura, la de Dios, para vivir la vida terrena en plenitud, y responder con valentía a sus desafíos", aseguró.
El Pontífice habló del Evangelio del día que trata "una cuestión espinosa", la de "la legalidad de pagar los impuestos al emperador de Roma, al cual estaba sometida Palestina en tiempos de Jesús".
La pregunta que le hacen, "¿es lícito pagar al César el tributo?" es "una trampa para el Maestro" porque "dependiendo de cómo hubiese sido su respuesta, se lo podría haber acusado de estar a favor o en contra de Roma".
Sin embargo, Jesús responde "con calma" y "aprovecha para ofrecer una enseñanza". "Por un lado, insinuando restituir al emperador lo que le pertenece, Jesús declara que pagar la tasa no es un acto de idolatría, sino un acto debido a la autoridad terrena; y por otro, reclama el primado de Dios, pide que se le dé a Él en cuanto a Señor de la vida del hombre y de la historia".
Dios "es el Señor de todo, y nosotros, que hemos sido creados a su imagen, pertenecemos ante todo a Él", destacó. "Es Él quien te ha dado todo aquello que eres y que tienes" y por eso "debemos vivir nuestra vida, día a día, en el reconocimiento de esta pertenencia fundamental y el reconocimiento del corazón hacia nuestro Padre, que crea a cada uno de nosotros de manera única e irrepetible".