VATICANO,
En un discurso pronunciado en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Papa Francisco lamentó los efectos de la inseguridad alimentaria entre las poblaciones más desfavorecidas del planeta y llamó a poner freno a las guerras y a la degradación medioambiental, principales obstáculos en la lucha contra el hambre.
El Santo Padre acudió este lunes 16 de octubre a la sede de la FAO, en Roma, con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación, que este año se celebra con el tema "Cambiar el futuro de las migraciones. Invertir en la seguridad alimentaria y en el desarrollo rural".
Tras escuchar las palabras del Director General de la FAO, José Graziano da Silva, y del Observador Permanente de la Santa Sede en las Organizaciones y los Organismos de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Mons. Fernando Chica Arellano, se presentó el regalo del Papa a la FAO: una escultura de mármol que representa a Aylan, el niño sirio ahogado en el Mediterráneo frente a las costas de Turquía en octubre de 2015.
Guerras y cambio climático
El Papa se remitió a estudios realizados por las Naciones Unidas y otros organismos para afirmar que los dos principales obstáculos en la lucha contra el hambre son los conflictos y el cambio climático.
"Está claro que las guerras y los cambios climáticos ocasionan el hambre, evitemos pues el presentarla como una enfermedad incurable", afirmó.