VATICANO,
Adora, acoge y anda, es la invitación realizada por el Papa Francisco a todos los cristianos inspirada en el carisma de San Vicente de Paul. Según el Santo Padre, esos tres ejes cumplen una función fundamental en la vida de todo cristiano.
En un discurso pronunciado ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro este sábado 14 de octubre con motivo del Simposio Internacional de la Familia Vicenciana por el 400 aniversario del carisma de San Vicente de Paul, el Pontífice reflexionó sobre esos 3 verbos: adorar, acoger y andar.
Adorar
El Santo Padre explicó que la adoración se sustenta en la oración, una oración que implique situarse delante de Dios para colocarle en el lugar principal de la vida de todo cristiano.
El Papa recordó las "innumerables iniciativas de San Vicente de Paul dirigidas a cultivar la vida interior y a dedicarse a la oración que purifica y abre el corazón. Para él la oración era esencial. Es la brújula de cada día, como un manual de vida".
Para San Vicente la oración no era tan sólo "un deber, y mucho menos una simple fórmula. La oración es pararse ante Dios para estar con Él, para dedicarse simplemente a Él. Esa es la oración más pura, la que hace sitio al Señor y a su alabanza, y a ningún otro. Es ahí donde se produce la adoración".