REDACCION CENTRAL,
El costo de la tecnología para criogenización de cuerpos humanos es cada vez más barata, han anunciado empresarios del área, por lo que en pocos años sería más accesible someter cadáveres de personas, esperando ser resucitados en el futuro. Pero, ¿puede un católico someterse a un procedimiento así?
Mark Hall, portavoz de la compañía británica Stem Protect, dijo al diario The Daily Mail que en diez años podrían garantizar la criogenización de una persona por 250 años por un costo de poco más de 6 mil dólares.
Actualmente, el costo fluctúa entre 65 mil y 100 mil dólares.
En el caso de una persona que dispone que su cuerpo sea congelado tras su muerte, "desde el respeto a la autonomía, que es la manera como la persona ejerce la libertad, no hay objeciones morales de ningún tipo", explica el Dr. Lenin De Janon Quevedo, médico investigador del Instituto de Bioética de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA).
"Es como comprar una sepultura", precisó el Dr. De Janon Quevedo en declaraciones a ACI Prensa. "Para los católicos, sería objetable que los restos no descansen en un sitio sagrado. Para quien no cree, será objetable si viola alguna ley local de cómo deben ser tratados los restos mortales, algo que también debemos los cristianos observar".
Desde un "aspecto estrictamente biomédico", el investigador del Instituto de Bioética de la UCA señaló que "el hecho de congelar un cuerpo dentro de los primeros 25 minutos después de la muerte haría difícil la aplicación del criterio central con el que se certifica al fallecido", que es que los tejidos del cerebro y el corazón sean "indudablemente irrecuperables", lo que toma al menos cinco minutos para lo primero y entre 20 y 40 minutos para lo segundo.