VATICANO,
La conocida parábola del Buen Samaritano centró la homilía del Papa Francisco en la Casa Santa Marta, un ejemplo de cómo debe actuar todo cristiano cuando alguien necesita ayuda, según dijo.
Jesús responde con esta historia a los doctores de la ley que querían probar, como en otras ocasiones, a Jesús.
El Papa describió el comportamiento de las personas que pasan delante del herido sin prestarle ayuda: "Es una actitud muy habitual entre nosotros: observar una calamidad, mirar algo feo y pasar de largo. Y después, leerla en los periódicos, un poco adornada de escándalo o sensacionalismo", dijo.
Sin embargo, el pecador "lo ve y no pasa de largo, tiene compasión". "No se alejó, se acercó. Le curó las heridas vertiendo en ellas aceite y vino, pero no lo dejó ahí diciendo 'he hecho mi trabajo y le dejo'".
Este "es el misterio de Cristo", que "se ha hecho siervo, se abajó, se hizo nada y murió por nosotros". "No es un cuento para niños" sino "el misterio de Jesucristo".
"Y viendo esta parábola entenderemos mejor la profundidad, hasta donde llega el misterio de Jesucristo. El doctor de la ley se fue, callado, lleno de vergüenza, no entendió. No entendió el misterio de Cristo. Quizás habrá entendido el principio humano que nos acerca a entender el misterio de Cristo: que cada hombre mira a otro hombre desde arriba hacia abajo, solo cuando debe ayudarlo a alzarse. Y si alguno hace esto, está en el buen camino, hacia Jesús".