SANTIAGO DE CHILE,
Chile se ha transformado en uno de los principales destinos de las migraciones latinoamericanas por razones humanitarias. Como respuesta a este fenómeno, algunas parroquias han desarrollado proyectos de acogida y enseñanza del español, las primeras barreras que enfrentan los extranjeros haitianos en su llegada al país.
Condiciones de hacinamiento, el creole (un idioma distinto al español), una lenta normativa migratoria y como consecuencia una difícil búsqueda laboral, son algunos de los obstáculos de quienes dejan Haití para buscar seguridad, desarrollo y dignidad.
Con ese diagnóstico, el P. Juan Carlos Cortés, Párroco de San Saturnino en el popular barrio Yungay, Santiago, comenzó el 7 de mayo de 2016 en el marco del Año de la Misericordia, a dar desayunos y clases de español a tres haitianos. Al término del mes y con el apoyo de la pastoral de acogida de la parroquia, el número aumentó a 50.
"Inicié sin saber creole, ni francés, solo en el lenguaje de la caridad y el amor. A señas, tratando de hacerlos entender las cosas básicas", explicó el sacerdote a ACI Prensa.
Con la llegada del frío invierno y la estrechez del salón parroquial, que servía de salón de clases, la comunidad se dio cuenta que debían crecer y mejorar la ayuda a través de la profesionalización, la búsqueda de financiamiento y de apoyo externo.
Así, en junio de 2017, el gesto de caridad iniciado por un pequeño grupo de fieles se transformó en la Fundación Frè que significa "Hermanos". Con este nombre, continúan los desayunos, las clases de español, asesorías jurídicas y capacitación laboral.