Los escarpines son los pequeños zapatos de bebés. Las marchas que organizan, dijo Muñoz, comienzan con música que habla sobre la vida y repartiendo folletos en los que se explica su origen. La manifestación termina con el rezo del Rosario.
La activista argentina contó que se le ocurrió de la Marcha de los Escarpines cuando conversaba con una religiosa porque estos "son una de las dos cosas que se le ponen primero a un bebé" cuando nace.
Tiempo después, en 2006 se realizó la primera marcha como respuesta al Encuentro Nacional de Mujeres Autoconvocadas, un evento que se realiza una vez al año y en la que las mujeres participantes atacan la Catedral de la ciudad en donde se realiza.
Muñoz, que también trabajó como asesora en el congreso de Argentina, dijo estar convencida de que la batalla por la defensa de la vida "es un lucha teológica. El demonio, que no puede enfrentar a Dios, confunde al hombre, lo toma y hace con él lo que quiere".
La activista puso como ejemplo el hecho de que "en aras de una libertad de la mujer, se tomaron el trabajo de sacarla de su casa y descuidar los bienes primarios de la familia y los hijos. Con la mujer ausente ahora se va por los hijos".
Indicó que en Argentina la lucha pro vida "es dispareja" porque las feministas radicales "recorren los pasillos del congreso y van visitando a los legisladores y los van convenciendo de distintas formas" mientras que a las mujeres provida que llevan solo un cartel "nos cuestionaban".