18 de noviembre de 2024 Donar
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Dios estuvo siempre conmigo, dice sacerdote secuestrado 18 meses por yihadistas

El Padre Tom cuenta su cautiverio. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa

Ha permanecido 18 meses secuestrado, y por fin ha sido liberado. Se trata del sacerdote salesiano Tom Uzhunnalil, secuestrado el 4 de marzo de 2016 por terroristas yihadistas en Yemen después de que asesinaran a cuatro religiosas y doce ancianos que se encontraban en el mismo centro de las Misioneras de la Caridad.

Ahora se encuentra en Roma, donde fue recibido el miércoles 13 de septiembre por el Papa Francisco en el Vaticano y donde hoy ha celebrado una rueda de prensa para los medios de comunicación.

El sacerdote comenzó recordando a las religiosas asesinadas y no pudo evitar llorar durante unos instantes también al ver entre los presentes a algunas hermanas de la Congregación. "Estoy contento de verlas. Mis condolencias a todas ellas", dijo entre lágrimas. "Doy gracias a Dios por este día, porque me ha conservado bien, sano, con una mente clara", añadió.

El sacerdote explicó que en los 18 meses de secuestro "he estado muy bien, nunca me han apuntado con un arma". "Fui llevado en coche a varios sitios. No tuve miedo, allí no he llorado nunca. No he sido maltratado. Dios y Jesús han estado conmigo".

El P. Tom contó que alguna vez tuvo acceso a la eucaristía puesto que los yihadistas se llevaron con ellos algunos objetos de la capilla, entre ellos el tabernáculo en el que se encentraba el Cuerpo de Cristo.

"Desde el principio pensé que nada me podía suceder si Dios no lo quería. Ni un pelo de la cabeza cae sin su permiso. Estas palabras me vinieron a la mente y me han dado fuerzas".

El salesiano quiso dejar claro en distintas ocasiones que en ningún momento le torturaron ni "sufrí ninguna injuria" por parte de los secuestradores. "No sabía dónde estaba o quienes eran mis secuestradores y qué grupo era el que me había secuestrado. Cuando me llevaron a una de las casas –estuvo al menos en tres lugares diversos– incluso me dijeron que tenían médicos y que se harían cargo de mí". "Tenía una habitación, una cama, me daban el almuerzo y podía ir al baño", relató a la prensa.

Lo secuestradores le pidieron números de teléfono y contactos para advertir de su secuestro y "todo apunta a que querían dinero". "Ellos me preguntaron: '¿quién puede ayudarte?, ¿tu país te puede ayudar a escapar?, ¿el Papa puede hacer algo por ti?'".

Al día siguiente afirma que "enviaron el primer vídeo en el que se me ve secuestrado". "Uno de ellos me dijo: 'pensábamos que tu país (India) no iba a reaccionar, pero lo ha hecho bien".

Otro de los lugares donde estuvo prisionero fue en una zona montañosa, y después en otro lugar que desconoce. "En uno de los vídeos que me hicieron se veía que me maltrataban, pero fue algo falso. Me dijeron que iba a ser un teatro y así lo mandaron para suscitar algo de interés".

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Cumpleaños en cautiverio

El sacerdote repite varias veces que "Dios ha estado conmigo, mucha gente ha estado rezando y el fruto de esto es que he permanecido bien y he estado todo ese tiempo sereno".

La relación con sus captores no era mala e incluso revela que una vez le preguntaron por su edad. "'¿Cuántos años tienes?'. Yo tenía 58 años. Me dijeron: 'no te preocupes, vivirás hasta los 85'.

"El 18 de agosto celebré mi cumpleaños, el segundo en cautividad. Ahora tengo 59 años. Si preguntáis qué hacía cada día os puedo decir que estaba en la habitación, podía hacer lo que quería".

"Dios ha inspirado que me dieran lo necesario, soy lo que soy porque Dios me ha cuidado. Dormía bien y durante el día rezaba por el Papa, los obispos, mi provincial, por los que habían muerto y vivían. Celebraba la Misa espiritualmente. rezaba por tanta gente que he conocido. También por los secuestradores y por supuesto por las hermanas que murieron".

Además, asegura que cada día antes de dormir "agradecía por haber vivido ese día y no tenía otras preocupaciones". "Nunca he llorado, incluso cuando grababan los videos y me pedían que llorase no podía. Querían que se viese algo trágico".

El sacerdote añade que no sabe bien quién ha ayudado a su liberación, ni tampoco exactamente qué querían los yihadistas de él, pero sí dice conocer que el gobierno Indio, el Vaticano y el sultanato de Omán han sido quiénes lo han logrado".

Encuentro con el Papa

Sobre su encuentro con el Pontífice explicó que "no había estado nunca con el Papa Francisco". "Rezaba cada día por él. Yo estaba muy conmovido en el encuentro. Es el Vicario de Cristo. El Papa me besó las manos y me siento indigno. Me dijo que había rezado por mí. Los secuestradores me decían a veces: 'el Papa dice que pronto serás liberado', pero luego no sucedía nada, aunque así yo sabía que la Iglesia, que el mundo estaba preocupado por mí".

Sobre su futuro asegura que "estoy al servicio de Dios y disponible para lo que Él quiera". Después de hacerse más controles médicos y de obtener el pasaporte indio, regresará a casa con su familia y continuará de nuevo su vida como salesiano, lejos ya del cautiverio infligido por los yihadistas.

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