REDACCION CENTRAL,
Tras el paso del huracán Irma por Cuba, el Arzobispo de Camagüey, Mons. Wilfredo Pino Estévez, visitó algunas de las localidades más dañadas y contó que cuando estaba ante las ruinas de un templo, una mujer le dijo una frase que lo sorprendió gratamente: "Monseñor, se cayó la capilla, pero no la Iglesia".
El huracán Irma golpeó durante la madrugada del 9 de septiembre el norte de Cuba con una categoría 4 y vientos de 250 kilómetros por hora. Dejó un saldo de 20 muertos y cuantiosos daños en varias provincias como Camagüey.
#Cuba #Esmeralda, the town in #Camaguey Province where many people lost every thing pic.twitter.com/7JjpfOwfTC
- Yoani Sanchez (@yoanifromcuba) 10 de septiembre de 2017
En su testimonio enviado a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Mons. Pino contó que apenas pasó la tormenta, el 10 de septiembre visitó algunas localidades en su diócesis como Esmeralda, Jaronú y Jiquí.
Contó que "vimos unas cuantas casas afectadas: derrumbes totales o parciales, sin techo, etc. Algunas personas se veían aún asustadas. '¡Qué noche más larga!' es, según me cuentan, la expresión que más se oía entre la gente".