VATICANO,
El Papa Francisco hizo balance de su reciente viaje apostólico a Colombia en la Audiencia General, en el Vaticano, y emocionado recordó cómo a su paso por las calles de Colombia los padres levantaban con orgullo a sus hijos para que los bendijera. "Yo pensé: 'Un pueblo que es capaz de mostrar a sus hijos con orgullo es un pueblo con futuro'".
"Eso me gustó mucho", aseguró. "Mostraban a sus hijos como diciendo: 'Este es nuestro orgullo, nuestra esperanza". El pueblo colombiano "es un pueblo alegre, con mucho sufrimiento, pero con esperanza".
En su catequesis, el Papa, con la cara todavía magullada como consecuencia del incidente que sufrió en el vehículo en el que hacía los traslados en Colombia, señaló que "en este viaje he sentido la continuidad con los dos Papas que antes que yo han visitado Colombia: el Beato Pablo VI en 1968, y San Juan Pablo II en 1986. Una continuidad fuertemente animada por el Espíritu, que guía los pasos del pueblo de Dios sobre el camino de la historia".
Francisco destacó los esfuerzos del pueblo colombiano para lograr la reconciliación y destacó que "con mi visita he querido bendecir los esfuerzos de ese pueblo, confirmarlo en la fe y en la esperanza, y recibir su testimonio que supone una riqueza para mi ministerio y para toda la Iglesia".
"Colombia, como la mayor parte de los países latinoamericanos –señaló–, es un país en el que existen unas fortísimas raíces cristianas. Y si este hecho hace todavía más agudo el dolor por la tragedia que la guerra ha causado, al mismo tiempo constituye la garantía de la paz, la base firme para su reconstrucción, el sustento de su invencible esperanza".
"Es evidente que el maligno ha querido dividir al pueblo para destruir la obra de Dios, pero también es evidente que el amor de Cristo, su infinita Misericordia, es más fuerte que el pecado y que la muerte".