DENVER,
Una candidata a un cargo judicial en Estados Unidos fue sometida a un interrogatorio hostil por parte varios senadores por considerar que su fe católica es incompatible con su trabajo como jueza.
El 6 de septiembre el Comité Judicial del Senado de Estados Unidos citó a Amy Coney Barrett, a quien el Presidente Donald Trump nominó como jueza de Circuito de la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos para el Séptimo Circuito.
Barrett es profesora de derecho de la Universidad de Notre Dame, ha sido nombrada en dos ocasiones "Profesora Distinguida del Año" en esta institución y a fines de la década de los 90´fue asistente legal del juez provida de la Corte Suprema de Estados Unidos Antonin Scalia. Además está casada y tiene siete hijos.
En la audiencia, la senadora de California y miembro del partido demócrata, Dianne Feinstein, calificó a la abogada de "controvertida" porque al analizar su carrera le dijo "tienes una larga historia de pensar que las creencias religiosas deben prevalecer" sobre la ley.
"Eres controvertida porque muchas de nosotras hemos vivido nuestras vidas como mujeres que realmente reconocen el valor de poder tener control sobre nuestro sistema reproductivo", expresó Feinstein y aludió al caso Roe vs Wade que permitió la legalización del aborto en 1973.