BOGOTÁ,
El fraile trinitario, P. Antonio Sáez de Albéniz, afirmó que el Beato Pedro María Ramírez Ramos deber ser visto por los sacerdotes como "un espejo", siguiendo su ejemplo de vida de oración y de amor a la Eucaristía incluso a riesgo de la propia vida.
El P. Pedro María Ramírez, conocido como el Cura de Armero, fue beatificado el pasado 8 de septiembre en Villavicencio por el Papa Francisco, en el marco de su visita a Colombia que concluye este domingo 10.
"Es un espejo porque tenía una vida de oración muy intensa. Oraba tiempo, tiempo, tiempo delante del Santísimo, tenía una gran devoción a la Virgen, un gran amor a los pobres. Vivía muy pobre. Tenía un carácter un poco austero, pero nunca despreció a nadie, al contrario, a todos sirvió con la mayor delicadeza posible, y perdonó a los que le mataban, eso está clarísimo en los documentos", indicó a ACI Prensa.
Como se recuerda, durante la ceremonia de beatificación, el Obispo de Garzón, Mons. Fabio Duque Jaramillo, leyó una breve biografía en la que recordó la difícil situación política que vivía Colombia en los años en que el P. Ramírez trabajaba pastoralmente en Armero.
En 1948 estalló una revuelta conocida como el Bogotazo a la que siguió una persecución religiosa. En ese contexto, la parroquia de Armero fue atacada. El hoy beato, "consciente de la gravedad del momento y pensando que su muerte estaba cerca, lo primero que pensó fue evitar la profanación del Santísimo Sacramento, conservando una Hostia que él mismo consumió poco antes de morir", señaló el Prelado.
"Era un hombre conciliador, él buscaba la conciliación, pero los otros le rehuían y al contrario, respondían al bien con mal", explicó el postulador, que indicó que el beato "es una figura actual para el tiempo que vive Colombia", que busca la reconciliación tras décadas de conflicto interno.