Acto seguido, el Papa recibió tres regalos de parte de los jóvenes: una ruana, un velón y un vitral.
La ruana, una tradicional prenda de abrigo que en muchos países se conoce como "poncho", significa "toda toda la laboriosidad de nuestros artesanos, jóvenes de IDIPRON que las han tejido con sus propias manos".
El Papa como gesto de agradecimiento se colocó la ruana y sonrió.
El velón, fabricado por los jovenes que están en la primera etapa del camino para abandonar la calle, simboliza "la luz que es usted para cada uno de nosotros, seguidores y creyentes de Cristo, el que Resucitado nos ilumina".
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Finalmente, los jóvenes regalaron un vitral con la imagen de una custodia del Santísimo como muestra de que "queremos irnos en su corazón" y para que "recuerde a todos estos jóvenes que creen y confían en usted".
Luego de recibir los regalos, el Papa volvió a tomar la palabra y les dijo: "¿Les puedo pedir un favor?, Que recen por mí. ¿Lo van a hacer? Que Dios los bendiga, y gracias porque (los regalos) son muy lindos".