La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), hizo un llamado a la población a rezar y ayudar a las víctimas del huracán Harvey, cuyo paso ha provocado hasta el momento la muerte de 8 personas y la evacuación de más de 30 mil residentes.
"Como Arzobispo de Galveston-Houston, esta crisis golpea muy cerca a casa", dijo el Presidente de la USCCB, Cardenal Daniel DiNardo, ayer domingo 27 de agosto.
"En solidaridad con mis hermanos obispos en esta área del país, llamo a las personas de fe a rezar por todos aquellos que han sido impactados por este huracán, y pido a las personas de
buena voluntad permanecer con las víctimas y sus familias", exhortó.
"Que Dios, el Señor de la misericordia y de la compasión, proteja a todos los que están todavía en peligro, y traiga a salvo a los desaparecidos. Que se preocupe de una manera especial por los que ya estaban sin hogar, o sin apoyo y recursos, antes de este desastre", dijo
el Cardenal.
El Purpurado dijo que la tormenta fue "catastrófica y devastadora" y que muchas diócesis se han visto afectadas. Harvey llegó a tierra el viernes por la noche como un huracán de categoría 4. Hasta el momento hay 30 mil evacuados y 8 fallecidos, pero se cree que estos números pueden aumentar con el paso de las horas. Varios aeropuertos internacionales de Texas y un hospital de Houston han sido evacuados después de que las inundaciones causaran una pérdida de energía.
Houston es la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos. El gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció este 28 que se ha activado la Guardia Nacional con 12 mil personas desplegadas para colaborar en las tareas de rescate.