DENVER,
Mons. Michael Mulvey, Obispo de Corpus Christi en Texas, Estados Unidos, decidió quedarse en su diócesis ante la llegada del Huracán Harvey a esa ciudad.
En declaraciones a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– el Prelado dijo que "tenemos entre nosotros a aquellos que no puede dejar la ciudad. Esa es una de las razones por las que también me quise quedar: para estar aquí presente ayudando a los afectados, especialmente los más necesitados.
Se esperaba que el huracán llegara con categoría 4 al estado de Texas, pero según CNN se ha debilitado a categoría 1. Sin embargo los fuertes vientos llegan hasta 209 kilómetros por hora. El ojo del huracán, el centro del mismo, llegó a la ciudad de Rockport la noche de ayer.
El Prelado ha enviado un mensaje a sus fieles pidiendo oraciones, mientras él espera al paso del huracán en un cuarto interior de su casa, acompañado de su vicario general y del director de vocaciones.
"Estamos en la bahía. Estamos en las líneas del frente. Tenemos que apagar las luces así que probablemente no podremos ver nada cuando el golpe sea fuerte. Tal vez no tengamos electricidad y estaremos haciendo guardias para vigilar; aunque no creo que alguien pueda dormir", dijo el Obispo a CNA.