En el siglo IV, la madre del emperador Constantino, Santa Elena, decidió viajar a Tierra Santa para buscar la Santa Cruz sobre la cual murio Cristo, y encontró mucho más que eso.
Según indica la tradición, los obreros que acompañaron a la santa realizaron excavaciones en el monte Calvario, donde encontraron la Santa Cruz y también otras reliquias relacionadas con Jesucristo.
La Santa Cruz
Escritores antiguos como San Crisóstomo y San Ambrosio narraron que, después de realizar muchas excavaciones, se encontraron tres cruces.
Sin saber cuál era la de Jesús, trajeron hasta el Monte Calvario a una mujer agonizante y al tocarla con dos de las cruces ella empeoró. Pero con la tercera cruz, la enferma se recuperó instantáneamente.
El entonces Obispo de Jerusalén, Macario I, Santa Elena y miles de fieles llevaron la cruz en procesión por las calles de la ciudad.