REDACCION CENTRAL,
Cada año, la Iglesia Católica conmemora la Solemnidad de la Asunción de María el 15 de agosto, fecha en la que se recuerda su gloriosa subida a los cielos. Si bien la fecha de esta celebración fue establecida en 1950, la historia del dogma tiene raíces en los primeros años del cristianismo.
El numeral 1246 del Código de Derecho Canónico indica que esta fiesta es de precepto, es decir, una solemnidad en la que el católico tiene la obligación de participar de la Misa.
Sin embargo, en el mismo apartado se indica que “la Conferencia Episcopal, previa aprobación de la Sede Apostólica, puede suprimir o trasladar a domingo algunas de las fiestas de precepto”. Por tal motivo, en algunos países no es obligatorio.
El Dr. Matthew Bunson, vicepresidente de EWTN News, señaló que “a medida que la vida terrena de la Virgen María llega a su fin, la Asunción nos ayuda a entender más plenamente no solo su vida, sino que nos ayuda a enfocar siempre nuestra mirada a la eternidad”.
“Vemos en María la lógica de la Asunción como la culminación de su vida. Un requisito eucarístico para ese día es muy apropiado”, continuó.
El dogma de la Asunción de María, también llamada “Dormición de María” en las iglesias orientales, tiene sus raíces en los primeros siglos de la Iglesia. La Iglesia Católica enseña que cuando María terminó su vida terrenal, Dios la elevó en cuerpo y alma al cielo.