ROMA,
Cuando uno piensa en un convento, tiende a imaginarse una construcción conformada por un claustro, patios, una capilla y otros espacios. Este no es el caso de un grupo de frailes franciscanos en el sur de Italia, que ha adaptado para su uso unos vagones de tren.
El convento de los Frailes Menores Renovados, conocido como "la estación del alma", está ubicado en el barrio de Scampia, una de las zonas más peligrosas y pobres de la ciudad de Nápoles.
En el recinto hay cinco vagones que son utilizados como claustro, capilla y espacios comunes. También hay un jardín, un contenedor que fue acondicionado para recibir a las visitas, y un taller.
El superior del convento, Fray Carlo, dijo al diario Corriere del Mezzogiorno que estos vagones "fueron donados por la Ferroviaria Estatal, que los colocó con unas grúas en este terreno que nos regaló un campesino".
"Nosotros no elegimos vivir en los vagones, ni fue algo programado. Cuando llegamos aquí esperábamos unos contenedores y mientras aguardábamos, acondicionamos estos vagones abandonados que datan de la década de 1940. Era una situación provisional, pero se volvió nuestro estilo de vida", dijo a la cadena de televisión italiana Rai1 otro de los frailes.