MADRID,
Según la tradición de la Iglesia, la Cruz de Caravaca es un "lignum crucis" o fragmento de la Vera Cruz, un trozo de madera y reliquia de primer orden perteneciente al madero en el que fue crucificado Jesucristo y encontrado por Santa Elena.
La ciudad de Caravaca de la Cruz, en Murcia (España), celebra desde el 8 de enero de 2017 un Año Jubilar. La ciudad recibió el 9 de enero de 1998 la concesión, por parte de la Santa Sede, de la celebración de un Año Jubilar a Perpetuidad cada siete años en torno a la devoción a la Vera Cruz.
El P. Pedro Ballester Lorca, capellán de la Real Basílica-Santuario de la Vera Cruz de Caravaca (España), explicó en un escrito publicado por la Universidad Católica de Murcia, que esta reliquia es conservada al interior del templo en un relicario en forma de cruz de doble brazo horizontal y uno vertical.
"La importancia del símbolo no reside en la teca-estuche como erróneamente cree alguna gente, sino en la reliquia contenida en el interior. Es una cruz oriental, patriarcal y pectoral que, según la tradición histórica, perteneció al patriarca Roberto, primer obispo de Jerusalén (año 1099). Ciento treinta años más tarde el patriarca, sucesor de Roberto, fue el protagonista que portaba la reliquia, la cual dos años más tarde estaba en Caravaca", señaló el presbítero
No obstante, la reliquia había sido descubierta en el siglo IV por Santa Elena, madre del emperador Constantino, y de esta se hicieron tres partes, "siendo entregada la primera al patriarca de Jerusalén y traídas las dos restantes a Constantinopla y Roma", indicó el P. Ballester.
Tradición de la aparición