Mirar las estrellas podría no ser lo primero que un católico piensa cuando oye hablar de San Lorenzo, el diácono que fue quemado vivo en una parrilla en Roma.
Sin embargo, en este mes de agosto los católicos y todas las personas tienen la oportunidad de ver una lluvia de meteoros que lleva el nombre del mártir San Lorenzo.
Las Perseidas, también llamadas las “lágrimas de San Lorenzo”, son una lluvia de meteoros asociadas con el cometa Swift-Tuttle, que desprende polvo y escombros durante su órbita de 133 años alrededor del sol.
El cometa en sí mismo no presenta una amenaza inmediata a la Tierra, al menos no lo ha sido durante varios miles de años.
Mientras la Tierra orbita al Sol, golpea piezas de escombros dejados por el cometa, causando que se quemen en la atmósfera del planeta.
Esto causa una prolífica lluvia de meteoros que puede ser vista con mayor claridad en el hemisferio norte desde fines de julio hasta mediados de agosto, con una cima habitual alrededor del 10 de agosto, día en que se celebra la Fiesta de San Lorenzo.