ROMA,
Cristianos católicos y ortodoxos en Alepo, víctimas de la larga guerra en Siria, piden, unidos, ayuda para que sus muertos puedan al fin "descansar en paz", con un "entierro digno y sagrado".
Alepo, una de las ciudades más grandes de Siria, fue centro del enfrentamiento entre grupos rebeldes y el gobierno del país, especialmente entre abril de 2013 y diciembre de 2016. Se estima que en este periodo alrededor de 31 mil personas murieron en la región.
En diciembre de 2016, tras un prolongado asedio, el gobierno de Siria retomó el control de Alepo y puso fin a los bombardeos.
Sin embargo, a pesar de que ya no caen bombas sobre la ciudad, los habitantes de Alepo sufren de carencia de alimentos, cuyo precio es demasiado elevado, y el drama económico de una moneda gravemente devaluada.
Además, católicos y ortodoxos lamentan que los cristianos no tienen un lugar adecuado para enterrar a sus muertos.
En declaraciones recogidas por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Moses Alkhassi, Vicario general de la Arquidiócesis greco-ortodoxa de Alepo y Alejandreta, aseguró que los cristianos en Alepo "hemos descubierto el gran milagro de la unidad".