ROMA,
"Mucho se quiso discutir en el sentido jurídico cuando verdaderamente el hecho era humano", fueron las palabras con las que el Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Cardenal Gualtiero Bassetti, lamentó el desenlace del caso de Charlie Gard, luego que sus padres decidieran abandonar toda la posibilidad de tratamiento para el bebé de 11 meses.
Ayer lunes Chris Gard y Connie Yates, los padres del bebé, anunciaron su decisión de finalizar la larga batalla legal que habían emprendido para llevar a su hijo a Estados Unidos y someterlo a un tratamiento experimental que podría haber mejorado su salud.
Charlie había sido diagnosticado meses atrás por el hospital Great Ormond Street de Londres (Reino Unido), con el síndrome de agotamiento mitocondrial, una rara enfermedad genética que causa debilidad muscular progresiva y puede provocar su muerte en el primer año de vida.
Los padres del bebé habían conseguido donaciones para llevarlo a Estados Unidos. Sin embargo, en abril de este año un juez británico ordenó detener el soporte vital a Charlie a pedido del hospital inglés. Chris y Connie apelaron sin éxito hasta llegar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que dio la razón al centro médico.
Ambos progenitores no cesaron en sus esfuerzos, a los que se sumaron ofrecimientos de institutos extranjeros y del Hospital Pediátrico Bambino Gesú de Roma para acoger al bebé. Sin embargo, el tiempo transcurrido por los problemas legales hizo que el mal del Charlie siguiera agravándose.
"Mucho tiempo ha sido desperdiciado. Estamos ahora en julio y a nuestro pobre niño se le ha dejado solo echado en un hospital por meses sin ningún tratamiento, mientras que se luchaban largas batallas judiciales (…). A Charlie se le ha dejado para que su enfermedad se deteriore devastadoramente hasta el punto sin retorno", expresaron los padres.