SAN ANTONIO,
"¡No más víctimas!", fue la exhortación de Mons. Gustavo Garcia-Siller, Arzobispo de San Antonio, Texas (Estados Unidos), tras conocer el caso de los diez migrantes fallecidos por asfixia o exposición al calor, al estar encerrados por largo tiempo dentro de un camión junto a otras decenas de personas.
En un comunicado publicado el 23 de julio, Mons. Garcia-Siller dijo que "no hay palabras para transmitir la tristeza, desesperación, y sí, incluso ira, que sentimos" tras conocer las muertes de "víctimas de contrabando o tráfico de personas" debido al "agotamiento y asfixia por calor durante la noche en San Antonio".
"Esta es una tragedia incomprensible", señaló.
Avanzada la noche del 22 de julio, un empleado de Walmart de San Antonio se acercó a un camión estacionado en el exterior de la tienda, al escuchar un pedido de agua. Tras alcanzarle algo de beber a la persona que lo solicitó, el trabajador llamó al 911.
Al llegar, las autoridades encontraron alrededor de 30 personas con vida y 8 fallecidos.
En la zona, incluso durante la noche, las temperaturas alcanzan picos de 35 grados centígrados.