LIMA,
En 1987, cuando existía la grave amenaza del terrorismo, un grupo de 22 peruanos recibió un encargo que debía permanecer en secreto: construir el papamóvil que usaría San Juan Pablo II en su segunda visita al Perú, con un blindaje que pudiera soportar incluso armas de guerra.
Jaime Morales Dora, que en ese entonces tenía 25 años y que ahora es gerente de la empresa especializada en blindaje, American Security del Perú, recuerda que "en esa época el terrorismo amenazaba el país y las medidas de seguridad para recibir al Santo Padre debían ser extremas".
Han pasado 29 años de aquella experiencia de Morales quien comenta que recuerda eso cada vez que se tiene noticias de un Papa, como ahora que se ha anunciado la visita del Papa Francisco al Perú del 18 al 21 de enero.
"Teníamos una gran motivación y responsabilidad porque estábamos trabajando para el hombre más importante del mundo en ese momento y teníamos una fecha de entrega, sin prórroga, pero además todo debía mantenerse en secreto", cuenta Morales a la agencia Andina.
El papamóvil se construyó teniendo como base una camioneta 4 x 4 Pick up simple. El tiempo que tenían para hacerlo los 22 peruanos, en su mayoría jóvenes, era de seis meses: tres de diseño y otros tres de implementación.
El trabajo avanzaba pero hubo un inconveniente que cambió todos los planes. Seguridad del Estado alertó de la posibilidad de un atentado terrorista con armas de guerra contra el Santo Padre. Eso hizo obsoleto lo que habían hecho hasta ese momento porque el diseño original solo resistía armas cortas.