VATICANO,
Reconocer a aquellos que viven y que han dado su vida imitando a Cristo, incluso aunque no mueran mártires. Ese es el objetivo del reciente Motu Proprio aprobado por el Papa Francisco en el que se establece el ofrecimiento de la propia vida como una nueva posible causa de beatificación.
Así lo explicó en declaraciones a ACI Prensa el P. Giulio Maspero, Profesor Extraordinario de Teología Dogmática de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma.
"Para entenderlo hay que ir a lo fundamental, y en este caso lo fundamental, como es siempre, es Cristo", explicó.
El P. Maspero se preguntó: "¿Qué es lo que hizo Cristo?: Murió por nosotros. Sabía que iba a morir en la Cruz, a pesar de que no necesitaba morir. Por el contrario, nosotros morimos porque hemos nacido. Él no. Él nació para morir. Y murió para que nosotros viviéramos".
"Entonces, cuando un hombre muere para salvar a otro, eso ya es imitar a Cristo. Incluso cuando no tiene fe explícita, es decir, cuando no entrega su vida como un mártir al que exigieran rechazar la fe para salvarse". Porque "cuando una persona hace ese acto de entrega, está imitando a Cristo".
En este sentido recordó que el santo "es una persona que está viviendo la vida de Cristo. La Iglesia cuando dice que alguien es santo no es que lo esté haciendo santo, sino que está reconociendo que algo ha pasado en su vida que le ha convertido en una sola cosa con Cristo".