VATICANO,
En un mensaje a la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el Papa Francisco recodó la extrema necesidad de acabar con el hambre en el mundo y anunció una contribución para repartir semillas a las familias rurales de áreas en dificultad.
"Quisiera unirme con una contribución simbólica al programa de la FAO para proveer de semillas a las familias rurales que viven en áreas donde se han juntado los efectos de los conflictos y de la sequía. Este gesto se suma al trabajo que la Iglesia viene realizando, según su vocación de estar de parte de los pobres de la tierra y acompañar el compromiso eficaz de todos en favor suyo", anuncia en el mensaje.
Aunque la tradición es que el mismo Pontífice acuda cada año a pronunciar el mensaje a la sede de la FAO en Roma, en esta ocasión se disculpó y lo hizo por él el Secretario de Estado Vaticano, el Cardenal Pietro Parolín.
En el texto, el Papa asegura que la Santa Sede quiere "una real erradicación del hambre y de la malnutrición". "Todos somos conscientes de que no basta la intención de asegurar a todos el pan cotidiano, sino que es necesario reconocer que todos tienen derecho a él y que deben por tanto beneficiarse del mismo".
Francisco critica que si estos objetivos aún no se han cumplido es por la "falta de una cultura de la solidaridad que no logra abrirse paso en medio de las actividades internacionales, que permanecen a menudo ligadas solo al pragmatismo de las estadísticas o al deseo de una eficacia carente de la idea de compartir".
"El compromiso de cada país por aumentar el propio nivel de nutrición, por mejorar la actividad agrícola y las condiciones de las poblaciones rurales, se concreta en el impulso del sector agrícola, en el incremento de la producción o en la promoción de una distribución efectiva de los alimentos. Pero esto no basta", asegura.