ROMA,
El sacerdote jesuita Samuel Okwuidegbe compartió la cruda historia de su secuestro por parte de extremistas nigerianos, quienes lo golpearon, torturaron y amenazaron con quemarlo "atado como una cabra", una experiencia de la que salió vivo gracias a la oración.
En el relato compartido por el sacerdote en la web de los superiores jesuitas de África y Madagascar, el presbítero recordó cómo fueron los días de su secuestro hace dos meses.
El martes 18 de abril, el P. Okwuidegbe había salido hacia un retiro de silencio con un grupo de hermanas del Inmaculado Corazón de María. Antes de irse, el provincial, P. Chuks Afiawari, había bromeado con él: "Asegúrate de no ir adonde te secuestren".
En su camino hacia el lugar del retiro, un grupo de hombres armados con rifles AK47 lo detuvieron a él en su vehículo y a otro hombre en un mercedes. "Si no sales del auto te disparo", le dijo uno de los secuestradores.
Ese día, recordó, caminaron en medio de la selva alrededor de ocho horas hasta que oscureció.
En su confusión comenzó a preguntarse: "¿Por qué Dios, por qué? ¿Por qué me pasa esto a mí?".