VATICANO,
El Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede, dijo que las personas con atracción al mismo sexo son llamados a la castidad, y que los obispos y sacerdotes "los humillamos si creemos que no pueden alcanzar esta virtud" que es para "todos los discípulos".
"El respeto y la sensibilidad con que el Catecismo nos llama no nos da permiso para privar a los hombres y mujeres que experimentan la atracción al mismo sexo de la plenitud del Evangelio", dijo el Cardenal en el prólogo del libro "Por qué no me llamo gay" de Daniel Mattson.
"Omitir los 'duros dichos' de Cristo y su Iglesia no es caridad. De hecho, es un mal servicio al Señor y a los creados a su imagen y semejanza y redimidos por su Preciosa Sangre", agregó.
El Cardenal Sarah indicó que, frecuentemente, obispos y sacerdotes recuerdan que el Catecismo enseña que quienes experimentan atracción al mismo sexo "deben ser aceptados con respeto, compasión y delicadeza", y que la tendencia homosexual "constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba".
Sin embargo, añadió, "en su caridad y sabiduría materna, la Iglesia indica varias otras cosas en el Catecismo sobre la homosexualidad que algunos miembros del clero optaron por no citar, incluida la clara advertencia: 'bajo ninguna circunstancia pueden ser aprobados los actos homosexuales'".
Citando el Catecismo, el Purpurado destacó también que las personas con tendencia homosexuales "están llamadas a cumplir la Voluntad de Dios en sus vidas y, si son cristianos, a unir al sacrificio de la Cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar de su condición".