BUENOS AIRES,
Julia Richards se acababa de enterar que estaba embarazada de su tercer hijo cuando le confirmaron que tenía cáncer de mama. Sin embargo continuó su embarazo y asegura que su fe en Dios "me sostuvo bastante".
Julia tiene 36 años y ha estado casada desde 2008. En enero de 2014, un test de embarazo prometía un nuevo bebé en casa, para acompañar a sus dos hijos.
Sin embargo, una dureza en el borde de la axila izquierda la preocupó. Los estudios confirmaron sus temores: "Abro el papel y leo: tumor maligno, metástasis; estaba con los chicos ahí y el mundo se detuvo, pero a la vez ¡estaba en la calle con los chicos!", dijo Julia al diario argentino La Nación.
"Creo que de haber estado sola me hubiese derrumbado, en ese momento no podía. Era como en las películas, que todo da vueltas y una escucha como si la gente estuviera lejos. Hay una visión social tan catastrófica de la enfermedad que la noticia es una bomba, pero cáncer no es igual muerte", dijo.
En la semana 17 de gestación le hicieron una cirugía para ver el estado del tumor y se encontraron que los ganglios de la axila estaban tomados por el cáncer. Además, encontraron que las hormonas del embarazo hacían que el cáncer avanzara más rápido de lo normal.
En esos días se enteró de que su bebé en el vientre era una niña. Eso la fortaleció y la ayudó a concentrarse "en lo bueno".