SANTIAGO,
"El que me paga es el que está arriba en el cielo", afirma Tulio Villarroel que con casi 80 años dedica su vida a construir una gran cañería para abastecer de electricidad a sus vecinos de un lejano pueblo al sur de Chile.
Gracias al esfuerzo de este anciano, los habitantes del pueblo de Pocoihuén, en la Región de Los Lagos, podrán iluminar sus hogares y trabajar con herramientas eléctricas de forma gratuita.
Luego de años de trabajo, Tulio está pronto a completar la cañería de 1 kilómetro que funcionará como turbina que da fuerza para tener un motor eléctrico. Es el sueño que quiere cumplir antes de morir.
"Hago esto por amor al prójimo", afirma Tulio, quien se reconoce "sumamente agradecido porque en esta comunidad he sentido el aprecio que me tienen".
Consciente de su edad avanzada, el anciano cuenta que "le pido a mi Dios que me de fuerza con esa oración que yo le rezo todas las mañanas a la Santísima Virgen".
"Gracias Dios mío por lo que me diste hoy, gracias por las personas que me apoyan todavía como viejo y mientras yo viva lo seguiré sirviendo", expresa.