REDACCION CENTRAL,
Un recuento de cinco crudos testimonios de mujeres que participaron en películas pornográficas reafirma que la industria del sexo no solo se relaciona con drogas y enfermedades, sino con personas abusadas y explotadas, incluso a veces por sus propios familiares.
En un nuevo artículo, el sitio especializado en alertar sobre las consecuencias de la pornografía, Fight the New Drug (Lucha contra la nueva droga) indicó que el simple hecho de que una mujer busque "dinero rápido" y acceda a un "acuerdo de una sola vez" puede convertirse en una "situación de coacción y chantaje".
Además, se indica que "cada clic en el contenido del porno, alimenta directamente la demanda de los traficantes de sexo para ganar dinero mediante la venta de videos de esclavos sexuales en la web".
Aquí 5 testimonios que confirman que la pornografía no es, para nada, un estilo de vida "glamoroso" y que sí está relacionada con el tráfico de personas.
1. Linda Boreman
Linda comenzó su actividad en la industria pornográfica en 1972 debido a la coerción de su esposo. Protagonizó un filme considerado muy popular de aquella época, pero más tarde se reveló que fue obligada a aparecer en él.