VATICANO,
Uno de los frutos del Espíritu Santo es el perdón, que "libera el corazón y le permite recomenzar: el perdón da esperanza", por tanto, "sin perdón no se construye la Iglesia", manifestó el Papa Francisco en la homilía que pronunció con motivo de la Misa en la Solemnidad de Pentecostés.
Ante miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro, el Pontífice hizo hincapié en que "el perdón es el don por excelencia, es el amor más grande, el que mantiene unidos a pesar de todo, que evita el colapso, que refuerza y fortalece".
"El perdón libera el corazón y le permite recomenzar: el perdón da esperanza, sin perdón no se construye la Iglesia".
Francisco invitó a "pedir la gracia de aceptar su unidad, una mirada que abraza y ama, más allá de las preferencias personales, a su Iglesia, nuestra Iglesia; de trabajar por la unidad entre todos, de desterrar las murmuraciones que siembran cizaña y las envidias que envenenan, porque ser hombres y mujeres de la Iglesia significa ser hombres y mujeres de comunión; significa también pedir un corazón que sienta la Iglesia, madre nuestra y casa nuestra: la casa acogedora y abierta, en la que se comparte la alegría multiforme del Espíritu Santo".
En este sentido, el Santo Padre aseguró que este espíritu "nos empuja a rechazar otras vías: esas precipitadas de quien juzga, las que no tienen salida propia del que cierra todas las puertas, las de sentido único de quien critica a los demás".
"El Espíritu en cambio nos insta a recorrer la vía de doble sentido del perdón ofrecido y recibido, de la misericordia divina que se hace amor al prójimo, de la caridad que ha de ser en todo momento lo que nos induzca a obrar o a dejar de obrar, a cambiar las cosas o a dejarlas como están".