Beijing,
El Obispo Emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, de 85 años y una de las voces católicas más importantes en China, analizó el estado actual de las relaciones entre la Santa Sede y su país, al tiempo que pidió oraciones por sus compatriotas que a menudo enfrentan dificultades y persecuciones a causa de su fe.
"Nuestra Señora de Fátima, María Auxiliadora, están realmente interesadas, preocupadas o tal vez inquietas por la situación de la Iglesia, especialmente en los lugares donde no hay libertad de religión. Por favor, intensifiquen su oración, esto es lo único que podemos hacer, y lo único útil y eficaz", dijo el Cardenal chino en diálogo con CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– en la víspera de la fiesta del 24 de mayo de María Auxiliadora, día en el que también se celebra la Jornada de Oración por los católicos de China.
Como es conocido, China permite el culto católico únicamente a la Asociación Patriótica Católica China, subalterna del Partido Comunista de China, y rechaza la autoridad del Vaticano para nombrar obispos o gobernarlos.
Por esta razón, los obispos chinos reconocidos por la Santa Sede suelen estar "clandestinamente" entre sus fieles al no estar autorizados por el gobierno. Las conversaciones con China se centran actualmente en los nombramientos de los obispos.
Para el Cardenal Zen, el peligro que el gobierno chino se encargue de elegir nuevo prelados, dejaría abierta la posibilidad de que el Papa Francisco se vea forzado a aprobar un "mal obispo" o su negación podría ser vetada por el gobierno chino.
Mientras que el Vaticano envía actualmente una lista de candidatos potenciales a China para ser aprobados, en el nuevo acuerdo sería el clero el encargado de elegirlos, y el Papa daría la última palabra.