ROMA,
El cuarto consistorio del Papa Francisco anunciado ayer se asemeja mucho al último de Benedicto XVI por cuatro motivos: la sorpresa, el pequeño número de purpurados, así como la ausencia de octogenarios y de cardenales italianos.
Partamos de la sorpresa: el consistorio del 28 de junio llegará 7 meses después del último, que tuvo lugar en el cierre del Año Santo y en el que Francisco había designado 17 purpurados. Nadie se esperaba –como en el consistorio convocado por Benedicto XVI en noviembre de 2012–, una nueva hornada de cardenales a pocos meses del precedente.
El pequeño número de purpurados. En este caso Francisco creará cinco cardenales; mientras Benedicto había creado seis.
Como en el consistorio de noviembre de 2012, también esta vez no se ha considerado en la lista nuevos purpurados octogenarios y que por tanto son excluidos por motivo de edad en un futuro cónclave.
Asimismo, como hizo Benedicto XVI, también en este caso están ausentes nuevos cardenales italianos.
Con los cinco nuevos purpurados, los cardenales electores subirán a 121, uno más del número límite establecido por el Beato Pablo VI y confirmado por sus sucesores.