MADRID,
El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, explica en su carta semanal el origen de la alegría del cristiano que reside en la fe y de tener a Dios con nosotros, que "no brota de nuestras buenas obras, sino del encuentro con Aquel que nos ama hasta el extremo".
Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba, recuerda que "la resurrección de Jesucristo ha llenado el mundo entero de alegría, una alegría estimulante que llena el corazón de esperanza".
Según explica el Obispo, en la primera lectura del domingo se describe la actuación del diácono Felipe, que "predicaba a Cristo" y ante su predicación y los signos que realizaba, "la ciudad se llenó de alegría".
"La alegría ha sido y es la nota dominante de la evangelización, incluso en medio de las persecuciones y las dificultades. El encuentro con Jesucristo resucitado va cambiando la vida de la personas, porque llena el corazón de gozo y abre el horizonte de la existencia a una perspectiva de vida eterna, que ya ha comenzado con el bautismo", explica Mons. Fernández.
Por eso el Prelado asegura que "también hoy la Iglesia está llamada a evangelizar, a anunciar a Jesucristo resucitado en un mundo muchas veces desconcertado y que incluso pasa de Dios", por eso insiste en que "no se trata de transmitir simplemente unas verdades, se trata de testimoniar una alegría porque nos hemos encontrado con el Resucitado en nuestra vida".
Además explica que el fundamento de la alegría cristiana brota de la fe y "de tener a Dios, que se nos entrega generosamente en su Hijo Jesucristo", por eso asegura que "la ausencia de Dios genera tristeza y desaliento".