VATICANO,
Durante la catequesis pronunciada en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, en la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco reflexionó sobre el misterio pascual y se centró en María Magdalena, la primera persona que vio a Jesús resucitado, y explicó cómo el Señor transforma su tristeza en alegría al llamarla por su nombre.
"Hacía poco tiempo que había terminado el descanso del sábado. En el día de la pasión no hubo tiempo para completar los ritos fúnebres. Por ello, en aquella mañana llena de tristeza, las mujeres acuden a la tumba de Jesús con los ungüentos perfumados. La primera en llegar es ella: María Magdalena, una de las discípulos que habían acompañado a Jesús hasta los confines de Galilea, poniéndose al servicio de la Iglesia naciente".
El Papa identificó a María Magdalena con tantas mujeres que siguen acudiendo al cementerio a visitar a sus seres queridos con perseverancia, incluso cuando han pasado muchos años desde la muerte de esas personas a las que ama.
Señaló que en el trayecto de María Magdalena hacia el sepulcro "se respira la fidelidad de tantas mujeres que, durante años, acuden devotamente a los cementerios para recordar a aquellos que no están más". Recordó que "los lazos más auténticos no se rompen ni siquiera tras la muerte: podemos seguir queriendo a esa persona amada incluso cuando se ha ido para siempre".
El Pontífice destacó el proceso que vive María Magdalena y que le lleva de la tristeza por la muerte de Jesús, de la desesperación al ver su cuerpo desaparecido, a la alegría tras descubrir la resurrección.
"El Evangelio describe a la Magdalena poniendo rápidamente en evidencia que no era una mujer de fácil entusiasmo. De hecho, tras la primera visita al sepulcro, regresa decepcionada al lugar donde los discípulos se escondían, y cuenta que la piedra que cubría el sepulcro había sido retirada, y su primera hipótesis es la más simple que se puede formular: alguno debe de haber retirado el cuerpo de Jesús. Así, el primer anuncio que María lleva no es el de la Resurrección, sino el de un robo que alguien había realizado mientras toda Jerusalén dormía", señaló.