Fátima,
El Papa Francisco bromeó con un solideo –el sombrero blanco distintivo de los Pontífices– que le presentó una pequeña niña ayer en el Santuario de Fátima en Portugal donde canonizó a los pastorcitos Jacinta y Francisco, videntes de las apariciones de 1917.
El Papa hizo la broma al llegar a la sacristía del Santuario de Fátima donde recibió con un cálido beso a la pequeña.
La antigua tradición consiste en que si una persona compra un solideo blanco en la sastrería del Papa y se presenta durante una audiencia papal, la Guardia Suiza se encargará de intercambiarlo por el que lleva el Santo Padre en ese momento.
La costumbre, que se retomó con Benedicto XVI, se ha hecho más que habitual con Francisco, quien ha introducido una pequeña variante: ahora no lo intercambia sino que se coloca brevemente el solideo que le presentan para luego devolverlo.
Eso fue lo que hizo con la pequeña, solo que ahora el Papa añadió un gesto más y se lo colocó él mismo sobre la cabeza a la niña, lo que generó las risas de los guardias de seguridad y el Obispo de Leiría-Fátima, Mons. Augusto dos Santos Marto, que lo acompañaba.